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La relación entre clientes, empresas y marcas a través del refranero popular

24 de Marzo de 2014.

Desde tiempos inmemorables la relación entre empresas y clientes, marcas y consumidores ha sido una constante. Sin embargo, y a pesar de las nuevas tendencias y filosofías de empresa, por mucho que pasen los años, las empresas siguen manteniendo un mismo objetivo. Su gran objetivo. Seguir vendiendo.

Dicho esto y como consecuencia de ello, suele ser habitual, escuchar aquello de fomentar la fidelidad, la confianza y las experiencias del consumidor. Pero las relaciones entre empresas y consumidores siguen cosechando situaciones dadas que el refranero popular, siempre sabio, ha sabido reflejar a la perfección.

Haciendo uso de algunas máximas y dichos populares, podemos descubrir a través del refranero, situaciones por muchos conocidas y vividas, como un puro reflejo de la realidad más cotidiana, y el pensamiento global del cliente y consumidor. ¡Vayamos al grano con los ejemplos!

Tú lo que quieres es que te coma el tigre

En realidad, esta frase por muchos conocida y que pasó a convertirse en parte de las máximas más repetidas, tuvo su origen en una canción de Lola Flores que alcanzó gran popularidad.  Y es precisamente su significado en forma de pensamiento extendido en la mente del consumidor, el que resurge cuando las empresas o comerciales de forma subliminal o aparentemente improvisada, nos descubren y presentan algunos de sus productos para nuestro asombro.

Y es que claro, para vender la estrategia por antonomasia de las empresas y marcas es  hablarnos de sus bondades y ventajas a través de promesas que en muchas ocasiones nunca se terminan cumpliendo. Pero ya es sabido como dice el refranero que... Antes de meter, prometer.

Sin embargo, muchos consumidores se muestran desconfiados y reticentes frente a aquello de las promesas que aparentemente pueden parecernos incluso difíciles de creer. Aquello de comprar barato para muchos es simplemente el anzuelo para darnos gato por liebre y con estas cosas ya se sabe... No es oro todo lo que reluce.

Los consumidores más inteligentes y aquellos menos impulsivos saben manejar sus impulsos y ser realistas con las ofertas, descuentos y promociones que muchas empresas ofrecen. No es menos cierto por ello, que en ocasiones, el que mucho ofrece, poco da.

Claro está, que como bien dice el refranero, una cosa es predicar y otra dar trigo. Y es que aquello de vender a veces termina con clientes desencantados que se convierten en protagonistas de una mala experiencia. Cuando esto sucede, los consumidores tienden a mostrar su desencantado, a ser más críticos y reclamar lo que consideran es justo.

En ocasiones, nada vale para terminar de espantar a un cliente desencantado que finalmente decide probar suerte cambiando de compañía o marchando a la competencia. Ese momento casi mágico en el que uno vuelve a recibir la llamada que durante meses estuvo esperando para recibir una contra-oferta o descuento para evitar su marcha. El preciso momento en el que el cliente piensa aquello de !A buenas horas, mangas verdes!

Sin embargo, sabiendo de ello, los clientes más avispados suelen recurrir a la técnica de la falsa espantada con la certeza de que recibirán algún tipo de bonificación, descuento o beneficio. Y esto claro está, refleja evidentemente aquello que bien dice el refrán...el que no llora, no mama.

A pesar de que todas estas situaciones suelen ser habituales en la relación de clientes y empresas, también en refranero nos descubre algunas máximas como consejo para evitar males mayores. Las malas experiencias pueden suceder en cualquier momento y ante cualquier situación o tipo de cliente, pero para ello, y para mantener la fidelidad, confianza y reducir las posibilidades de perder nuestros clientes, siempre es bueno tener en cuenta aquello de que más vale prevenir que curar.

Las vivencias del consumidor con el paso del tiempo también los llena de experiencia que viene a cumplir aquella máxima que como en el amor nos dice, a más años, más desengaños. Pero las marcas también en su conocimiento de tales comportamiento nunca pierden la la esperanza. Sobre todo teniendo bien en cuenta aquello de que por el interés te quiero Andrés y de que si hay trato, pueden ser amigos perro y gato.

Fuente: puromarketing

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